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miércoles, 15 de julio de 2009

Mi mundo privado (Imaginación)

Hay momentos en los que uno se escapa del mundo. Pasa sin quererlo ni buscarlo. Es como si algo de más allá nos arrancara por un rato. Así se van abriendo puertas de esos universos que están escondidos. Nos sirven de refugio, nos salvan. A veces de la vida y a veces de nosotros mismos.

Otras veces pueden ser peligrosos. Hay que tener un límite y saber cuándo volver.

Así describen algunas sus mundos privados:

"Algunas veces, en la escuela, me evado, no sé cómo, del tema explicado y me remonto al país de los sueños...", escribe una muchacha. "Me siento entonces tan absolutamente absorbida en deliciosas quimeras, que pierdo por completo la noción de la realidad. Permanezco clavada en el banco, y, cuando despierto, me asombro de hallarme entre cuatro paredes."

"Me gusta mucho más soñar despierta que hacer versos -escribe otra-, pergeñar en mi mente lindos cuentos sin pies ni cabeza, o inventar una leyenda mientras contemplo unas montañas a la luz de las estrellas. Es mucho más bonito, porque es más vago y deja una impresión de descanso, de recuperación."

"Por una suerte de pudor, jamás he podido expresar en la realidad esas tendencias soterradas de mi naturaleza y que tantas veces he vivido en mis sueños. Tal y como he aprendido a conocerme, soy, en efecto, autoritaria, violenta, incapaz, en el fondo, de doblegarme."


Siempre queda ese lugar en el que se puede arreglar lo que está roto, curar, decir lo que no se pudo. Un lugar que no es de nadie más.


(Los fragmentos son citados por Simone de Beauvoir en El segundo sexo.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estaria bueno poder traer esas cosas del mundo privado al mundo real..

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