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jueves, 28 de enero de 2010

Muere J.D Salinger



Ayer, miércoles 27 de enero, murió J.D Salinger a los 91 años en su casa de New Hampshire.



A la tarde...

Ese día salir del trabajo fue como cuando sonaba el timbre del recreo, pero todavía un poco más de alivio.

En el camino a casa se olvidaba de su precariedad. Cada pisada firme la hacía ver como un gigante, a pesar de sentirse microscópica, una partícula de nada.

Pensaba en la imposibilidad de caminar en línea recta y en una mezcla de obligación y promesa de no caer en camas ajenas.

Miró para arriba y pidió toda la protección para sobrevivir a una noche y a una fiesta. O, al menos, un poco más de fuerza para seguir aguantando el taladro mental.

Respiró.

Todavía queda bastante, pero bastante nunca es suficiente.




Walk away - I will follow

martes, 12 de enero de 2010

Todo llega



Recibir un sobre esperado cuando la esperanza estaba perdida.
Un sobre que contiene un mundo.
Un mundo que, una vez descubierto, se vuelve imposible de abandonar.
Un mundo que es un libro que se espera porque falta.
Y esa falta lo llena todo.
Y no hay nada que lo reemplace.

Un pedido que es una promesa de esas que sí se cumplen.
Un final feliz que es a la vez un comienzo incierto.

Otra vez elijo un libro como regalo. Otra vez pido y espero.



domingo, 3 de enero de 2010

Un 1 de Enero

                                                                                                         "I feel so extraordinary
                                                                                                          Something's got a hold on me
                                                                                                          I get this feeling I'm in motion
                                                                                                         A sudden sense of liberty"

La primera hoja de un cuaderno. La primera hoja en blanco con renglones perfectos.
El deseo de encontrar en él una magia que me ayude a escribir algo de lo que guardo en la cabeza.
Ver mi letra aniñada, intimidada... y sentir que arruinar así una página vacía es una especie de sacrilegio.

Que pueda encontrar palabras nuevas para las ideas de siempre.

Que pueda encontrar ideas nuevas y que algunas contradigan a las de antes.

Decidir no abandonar el fuego pero intentar no perderme en la ilusión.

Dejar en paz a los cuadernos y no hablarles como si fueran personas.

Saber cuando alejarme de lo que me hace mal.

No olvidar el pasado pero dejarlo donde debe estar.

Lograr hacer con todas las escenas y flashes de mi mente, un cuento que se deje leer.

No descuidar la vida. Esa que sucede entre noche y noche.


Hoy empieza todo. Una vez más.