Una travesía de noche de fin de semana.
Maquillajes y plumas.
El intento de onda, trunco: mirada glacial. No, nosotras no curtimos esa onda.
Ja! Y ahora de que te vas a disfrazar?
Mientras tanto, la batidora del cerebro que no para. Y te vuelve la foto del forro ese que te cuesta tanto olvidar.
Qué lástima tener que irse justo cuando se empieza a poner bueno.
Todavía quedan algunas de estas noches. Te embolan, pero en el fondo te encantan.
Hasta la próxima habrá tiempo de afilar los colmillos
y culpar de todo a la ceguera.
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