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martes, 11 de enero de 2011

Querido Diario... Anotación al paso


Me di cuenta durante el cruce de la Panamericana, en el puente de San Lorenzo: no iba a ser un día fácil.
Esa Panamericana obscena, imponente, que exhibe orgullosa su amplitud, y yo, que la ignoro o rechazo y espero no tener que volver a pisarla (recorrerla?) nunca.

Pero hoy (de nuevo) me toca.

La canción tampoco ayuda porque suena No future! No future for me!
Y cuánta razón tienen los Pistols en esta mañana. No tengo ningún futuro acá, hace rato que pasó la hora de irme.

Pero me resigno y sigo y entro al edificio: transformer asesino dormido al que miro esperando que se levante.
En mi cabeza se acelera un plan de fuga urgente.

Lo que busco, algo que me ayude a no sentirme personaje triste de película, como en la escena de Billy Elliot en la que los trabajadores mineros suben al ómnibus que los deposita en su trabajo y bajan a la mina con la cara vacía, en blanco, hasta que llega la hora de salir y convertirse otra vez en personas.


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