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jueves, 15 de julio de 2010

Una noche cualquiera

Esta es una noche que no tiene nada de especial.


Tal vez tenga algún tipo de carga intensa porque se trata de un momento de (nueva) paz, en mi (nueva) casa y siento que estoy estrenando una (nueva) etapa en mi vida.

Estoy sentada en la cama, tomando mate y fumando mil cigarrillos. El televisor está prendido, tal vez, en modo acompañante.

De nuevo, una noche como tantas otras que pasaron, y como algunas que supongo, vendrán.

Sin embargo, hay algo.

Escucho voces que se gritan, se funden. Algunas las rechazo con todo lo que soy, son como golpes de puño cerrado en la panza. Me duele y me enojan, pero decido ignorarlas. Otras son desconocidas pero se sienten amigas, como desde mi propio lugar. Siento que aunque no conozca a los dueños de esas voces de algún modo comparten conmigo una visión del mundo.

Me quedo mirando, pensando y casi conspirando para que todo resulte bien, esperando que algo suceda. Algo que convierta a este mundo en uno más parecido al que me gustaría habitar. Espero y escucho y hago fuerza, casi casi como en un partido del mundial...con todas las ganas de llegar a un resultado feliz.

Es una noche que no tiene nada de especial. Pero espero que en breve eso cambie.

Sentada en la cama con el control en la mano, espero.

Me acuerdo cuando los grandes de mi familia me contaban que antes no existía el divorcio y yo miraba con ojos bien abiertos, sin entender, pensando que era una locura o algo remoto.

Ese recuerdo me hace sonreir y tener esperanzas. Se puede cambiar las cosas que es necesario cambiar.

Sigo sonriendo y con esperanzas y pienso en un día en el que sea yo una de las “grandes” de la familia que les cuente a los más chicos que antes una mujer y otra mujer o un hombre y otro hombre no podían casarse, y me miren con cara desencajada o piensen que es algo ridículo.

Y así esta noche pasa a ser un momento para siempre, me doy cuenta que no la voy a olvidar.

Voy a poder contarles que fui testigo, que estuve de acuerdo y que me hizo feliz saber que de a poco se van conquistando derechos. Que muy de a poco vamos llevando las cosas hacia donde tienen que ir.

Hoy es para siempre y para todos, y eso no se olvida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, eperemos que lo que sucedió esta noche/madrugada sea una de muchas noches/madrugadas más para recordar

Anónimo dijo...

simplemente hermoso

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