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viernes, 23 de octubre de 2009

Si yo fuera Maradona ( o Impresiones de un día casi como cualquier otro)



Sólo hubo que abrir los ojos y prender el televisor en uno de esos actos "mañaneros" automáticos, que ya forman parte del día a día.

Ahí estaba. Todo lo que había dicho la noche anterior se había expandido, había mutado, y ahora tenía vida propia. Ya era algo en sí mismo.
A veces parece irreal el efecto que puede tener una palabra o una frase, o por otro lado, el que puede tener una persona (que provoca) sin importar qué es lo que diga.

Todos conocemos a Maradona. El que no, es porque viene de otro planeta. Quererlo o no es otro tema. Y al conocerlo, sabemos que dista de ser una personaje políticamente correcto. Lo vimos mal y lo vimos ponerse mejor, pero siempre tuvo esa manía de decir lo que se le ocurra de quien sea, en cualquier momento y lugar.
Lo del otro día no fue la excepción.

Muchos se rasgaron las vestiduras hablando de VERGÜENZA NACIONAL, de la imagen que se da en otros países, de que cómo el técnico de la Selección va a decir "Que la chupen, que la sigan mamando" o cualquier sinónimo.

Me surge la pregunta: ¿Qué esperaban de Maradona? ¿Que los invitara a tomar el té de las 5?
A los periodistas que alaban y crucifican gente por gusto o conveniencia y se dan aires de serios pero parecen salidos del peor programa de chismes, no les gustó.

No lo justifico, pero en cierta forma lo entiendo.

Si bien Maradona últimamente parece haber estado viviendo alguna realidad paralela o viendo otros partidos, no vi a ningún periodista preguntar algo concreto. En la conferencia de prensa después del partido contra Perú, parecía ido, hablando de San Palermo o de cómo la lluvia había perjudicado al equipo. Nadie le dijo que no fue tan así, que la lluvia había empezado casi al final del partido, que no era una excusa válida. Parecía el rey rodeado de súbditos o bufones que se reían y festejaban cada una de sus ocurrencias.

No sé si le tendrán demasiado respeto o miedo como para comentarle algo así abiertamente. Tal vez resulta más fácil dedicar horas de programación de cable para sugerir con cara de vivos que "Maradona volvió a la droga" o "Se va a un spa para recuperarse", pero no para hacer comentarios con cerebro, o al menos, relacionados con el deporte, que dicho sea de paso, no termina en el fútbol.

De nuevo: no lo justifico.
Creo que fue poco feliz. Además, sirvió para darles todavía más material a los detractores para que pudieran seguir hablando y hablando de este exabrupto y hacer conjeturas y elucubraciones acerca de internas y peleas en la Selección.

A veces veo a algunos periodistas deportivos (o periodistas de deportes) opinando de traje y con viajes todo-pago, jugando al poderoso, saliendo a boliches con jugadores, apoyando a dirigentes a cambio de exclusivas, siendo jueces de los protagonistas porque sí.

Y alguien iba a contestar.
Tuvo que ser Maradona.
Agradezcan que tienen tema para rato.

***

El lado bizarro:

1) Nunca pensé que tantas veces en un solo día se pudiera decir y escuchar la palabra "chupar", "mamar" y sinónimos.

2) Cualquier frase de Maradona se impone. "La tenés adentro" fue una de las más usadas en estos días.
Algunas otras:
"la pelota no se mancha"
"más falso que dolar celeste"
"se le escapó la tortuga"
"le toman la leche al gato"
"me cortaron las piernas"

3) De nuevo: Lo que diga Maradona es lo único que importa. Reutemann puede decir "Que la candidatura se la recontra metan en el culo" y De Narváez “Me agradecen por romperle el culo a los pingüinos” pero parece que no es tan importante. Lo más triste es que en estos casos se trata de personas elegidas para ser supuestos representantes.

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